Hay un Precioso Manantial

La vida de William Cowper estuvo llena de tristeza, perdidas y dolor, él tuvo mucha depresión y aún, intentos de suicidio, con todo esto, Dios obro en su vida de maneras misteriosas que ningún humano podía ver ni entender.

William Cowper es uno de los regalos que la gracia de Dios les da a todos aquellos que sufren de depresión, como el salmista quien clamo diciendo: “¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?” —Salmo 42:5.

La vida de Cowper nos muestra que nuestras luchas emocionales a menudo nos ofrecen una mayor sensibilidad del corazón de Dios y de las necesidades de otras personas. Aún lo peor que le paso a William estaba dentro de los planes amorosos de Dios para su vida, nadie quisiera pasar por todo el dolor y sufrimiento por el cual William paso pero, todo esto fue usado por Dios para traer gloria a SU nombre y alcanzar a millones que como William pasan por depresión, ataques espirituales y grandes luchas.

William Cowper nació en el año 1731, el fue el cuarto hijo de un clérigo inglés y su esposa, los tres hermanos mayores de William murieron y su madre murió mientras estaba dando a luz a su quinto hijo. William tenia solo seis años cuando perdió a su madre, este fue un duro golpe del cual William nunca se pudo recuperar.

William quien era frágil emocionalmente, fue enviado a un internado para recibir educación formal sin embargo, en ese mismo lugar por un lapso de dos años el fue aterrorizado por un acosador lo cual, destrozo sus nervios.

Desde la edad de diez años hasta dieciocho, él tuvo una mejor experiencia en la escuela de Westminster desarrollando un amor por la literatura y la poesía.

Su padre quería que William fuera un abogado pero, al prepararse para su examen, William experimentó una ansiedad descontrolada y al concluir que estaba ya perdido, William tiro su Biblia e intento suicidarse.

Unos amigos recomendaron internarlo en un manicomio que era administrado por el Dr. Nataniel Cotton, quien era un amante de la poesía pero, también un cristiano comprometido con Dios.  

Bajo el cuidado del Dr. Cotton William lentamente se fue recuperando y fue en ese mismo manicomio en el año 1764 donde el encontró la salvación de su alma mientras leía Romanos 3:24-25: “siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,”.

William salió del manicomio y conoció a su mejor amigo John Newton—el mismo que escribió el himno: sublime gracia—y no solamente desarrollaron una amistad sino que también, más adelante escribieron juntos un himnario que ha sido de gran bendición para miles de personas.

La vida de William todavía iba a pasar por muchos días obscuros de intensa depresión y luchas pero, el ahora tenia una fundación espiritual sobre la cual descansar…un precioso manantial que purifica a cada cual que se sumerge en el.